Hebreos 1:3 declara que Jesucristo es el resplandor de la gloria de Dios, la expresión exacta de Su naturaleza, el que realizó la purificación de los pecados. Por lo tanto, el alabarle está en el centro de todo lo que hacemos cada vez que nos reunimos. Alabamos a nuestros Señor a través de la música de adoración, la ofrenda sacrificial y la predicación fiel, que es nuestra más alta expresión de agradecimiento por Aquel que nos salvó.

El enfoque de cada servicio de adoración, clases de escuela bíblica y estudio bíblico es la proclamación de la inigualable Palabra de Dios. Solo ella es la fuente de la verdad sobre el carácter de Dios, la naturaleza del hombre, el pecado, el camino a la salvación y la esperanza del cielo. Declarar la verdad de las Escrituras es nuestro más grande privilegio como embajadores de Cristo.

Los cristianos han sido llamados fuera del poder del pecado y su juicio, y de servir a Cristo y Su iglesia. Este es  el mayor testimonio de la obra de Dios. Servir con amor unos a otros y al mundo en derredor, es el llamado más alto en un mundo en necesidad de la gracia.